martes, 12 de junio de 2007

éx-tasis



"-Esta bien. Pero cómo era tu teoría.
-Podés leerla, si querés.
-No tengo tiempo.
-Paciencia, nadie se morirá.
-Dále, no seas pedante.
S. suspiró.
-Se basa en la posibilidad de que el alma pueda desprenderse del cuerpo.
-Casi nada.
-En efecto. Pero es la única forma, a mi juicio, de explicar la premonición, la videncia, todo eso. Leé a Frazer, por otra parte: todos los pueblos primitivos creen que durante el sueño el alma se separa del cuerpo.
-¡Ah, no, Ernesto! ¡Esto es ya demasiado! ¡Ahora resulta que la mejor prueba de una teoría es que la crean los hotentotes! Ya es el colmo de la irresponsabilidad y del oscurantismo. Tienen razón los bolches, viejo. De eso a recibir dólares de la embajada americana hay un paso.
-Ahora resulta que Lévi-Strauss es agente de la CIA.
-Bueno, está bien, dejemos a la CIA a un lado. Y qué.
-Al desprenderse el alma del cuerpo se desprende de las categorías del espacio y del tiempo, que rigen sólo para la materia, y puede observar un puro presente. Si esto es cierto, los sueños no sólo darían rastros significativos del pasado sino visiones o símbolos del futuro. Visiones no siempre claras. Casi nunca unívocas o literales.
-¿Por qué no?
-Porque en esas regiones el pasado, con sus dolores y recuerdos, con sus pasiones, aparece mezclado con el porvenir, enturbiándolo y deformándolo en el transmisor que es el alma, ya semiencarnada en el momento en que comenzamos a despertar. ¿Entendés? Ya empezó a entrar en el cuerpo, y por lo tanto empiezan a dominarla las categorías casuales y racionales. Pero aun así trae un recuerdo de aquel misterio, aunque sea un recuerdo ambiguo y como enturbiado por la tierra. Te agrego más: como la muerte de nuestro cuerpo está en nuestro futuro, el sueño nos trae también, a veces, visiones de nuestro más allá. Las pesadillas serían las visiones del infierno que nos espera".

“-Esperá, ésta es la primera parte de mi teoría. Lo que el hombre corriente experimenta en los sueños, los seres anormales lo viven en sus estado de trance: los videntes, los locos, los artistas y los místicos. En el acceso a la locura, el alma sufre un proceso parecido, si no idéntico, al que sufre todo hombre en el momento de dormirse: se sale del cuerpo e ingresa en otra realidad.
Nunca te pusiste a pensar en esa expresión "estar fuera de sí"? Y palabras como alienación o enajenación, eh? Cada vez que he visto un loco furioso tuve la espantosa sensación de que el tipo estaba padeciendo dolores infernales. Pero ahora comprendo que su alma está ya en su Infierno. Sus movimientos feroces, sus sufrimientos, sus gestos y actitudes de fiera acorralada por horrendos peligros, sus aparentes delirios, no son otra cosa que la experiencia directa y actual del Infierno. Están padeciendo despiertos lo que nosotros sufrimos en nuestras peores pesadillas”.

“-Está bien. Te digo que algunos seres pueden alcanzar esa separación o enajenación. Es lo que logran los místicos. El éxtasis. Ves cómo el lenguaje no engaña nada mas que a los idiotas. Éx - taxis. Ponerse fuera de sí, salirse de su propio cuerpo, colocarse en la pura eternidad. Los yoghis, por ejemplo. En esa muerte de sí mismos para renacer a otra región, liberándose de la cárcel temporal. Y los artistas. Lo que dice Platón no es otra cosa que lo que pensaban los antiguos: que el poeta, inspirado por los demonios, repite palabras que nunca habría dicho en su sano juicio, describe versiones de sitios sobrenaturales, lo mismo que el místico. En ese estado, ya te lo dije, el alma posee una percepción distinta de la normal, entre lo real y lo imaginario, entre el pasado y el futuro”.

"-Bueno, sigo. Los teólogos han razonado sobre el infierno, y a veces han probado su existencia como se demuestra un teorema. Pero sólo los grandes poetas nos han revelado la verdad, dijeron lo que han visto. Entendés? Lo que han visto de verdad. Pensá: Blake, Milton, Dante, Rimbaud, Lautréamont, Sade, Strindberg, Dostoievsky, Hölderlin, Kafka. Quién es el arrogante que puede poner en duda el testimonio de estos mártires?
La miró con severidad, como pidiéndole cuentas.

-Son los que sueñan por todos los demás. Están condenados, entendé bien, CONDENADOS!-casi gritó- a revelar los infiernos”.


Abbadón el Exterminador
Ernesto Sábato.